DE TOGAS, DISPENSAS Y ANÉCDOTAS

I. Desde que la semana pasada la Audiencia Provincial comunicara: «Se dispensa a los señores letrados del uso de la toga como medida preventiva y con carácter excepcional, de forma que pueden comparecer sin ella para la realización de sus intervenciones profesionales”, el servicio de préstamo de togas queda temporalmente suspendido, hasta que se haya verificado oficialmente el control de la enfermedad.

Resultará al menos novedoso actuar en estrados vestidos de calle. Investigando, no he encontrado ocasiones anteriores con este tipo de dispensa, por lo que se me ocurre hacer algún comentario.

II. Las togas. Eso es lo que más impresiona a cualquiera la primera vez que pisa una sala de vistas. 

El artículo 187.1 de la vigente LOPJ exige su uso “en audiencia pública, reuniones del Tribunal y actos solemnes judiciales”.

Así pues, el uso de la toga es una tradición de gran prestigio que proporciona distinción y dignidad a los profesionales del Derecho y sirve para identificarles en la Sala, proyectando respeto y autoridad tanto a las partes como a los espectadores presentes. Es una forma teatral de comunicar que lo que se está tratando en la sala tiene la máxima importancia.

Su origen se remonta a la antigua Roma, significaba cubrir, proteger. Era el distintivo de cónsules, senadores, sacerdotes, y, por supuesto, de pretores, que era el nombre que entonces recibían los jueces. Aquellas togas no eran negras, como las de ahora, sino blancas, con bandas de color carmesí tejidas en los bordes, y recibían el nombre de toga praetexta.

La togas negras que hoy llevan los jueces y magistrados, al igual que los fiscales y abogados, tienen su precedente en el traje oficial que utilizaban los ministros del Consejo de Castilla,  institución, creada en el siglo XIV.

III. Pero al igual que, como decía un viejo culebrón, los ricos también lloran, en nuestro caso…,  las togas también ríen; y entre tanta seriedad, siempre hay momentos en que la hilaridad se impone. Así, las guardias, las salas de vistas, un comentario en algún juicio, o entre compañeros…, son verdadero filón para hacer aflorar el sentido del humor incluso del más serio de cuantos togados haya en el mundo.

No sólo de juicios vive el jurista y cualquier momento es bueno para sacar de paseo la sonrisa cuando no la risa franca. Eso sí, tratando de mantener la compostura y, por supuesto, con todo el respeto al justiciable. Que lo cortés no quita lo valiente.

IV. Comienzo a recordar anécdotas y son muchas. A veces no queda otra que disimular, tirar un bolígrafo al suelo o cualquier otra cosa para que nadie note que se está al borde de un ataque de risa. Y no siempre es fácil.

Por ejemplo: un detenido que desde que entra en la sala le dice al juez que es culpable y su señoría pregunta a la defensa si tiene algo que decir (es de los casos que se ríe uno por no llorar); el defendido que no me dijo ni una verdad para articular su defensa y en dos segundos el contrario me tumbó (eso fue en los comienzos y desde aquél día sé que el cliente nunca dice toda la verdad); el matrimonio que va a divorciarse y  se reconcilian antes de entrar a la sala por lo que el compañero se da carpetazos en la cabeza molesto y diciendo, !!claro y ahora nos que damos sin juicio¡¡; en una ocasión me regalaron un queso días antes de celebrar el juicio, supongo que para que lo hiciera mejor; un tropezón con la tarima de estrados por efecto de los nervios al subir para sentarse y se caen todos los folios de las actuaciones; ese juez que no descansó bien por la noche y se dormía mientras las defensas exponíamos… En fin, y tantos otros recuerdos que dejo para otro día y así no canso. Sirvan estos comentarios simplemente de entretenimiento para esos momentos en que viene bien evadirse un poco.


La autora sólo autoriza la reproducción de sus artículos de dos modos: señalando el título y su autoría, o bien, señalando un link que lleve al lector al artículo original del blog Abogado del Mayor.  

Margarita Serrano
Margarita Serrano
Soy abogado especializado en protección jurídica y ayuda a la persona mayor, dirijo el despacho Mayores Abogacía y les doy la bienvenida a este espacio en el que hablaremos de casos como el suyo y de muy diversos temas relacionados con sus intereses más directos.

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