Margarita Serrano
a las
Recorrido por las principales cuestiones éticas y/o de buena praxis aplicables a todas las actuaciones relacionadas con los procedimientos de provisión de apoyos a personas con discapacidad.
(continuación)
IV. Relación personal y directa con la persona que necesita apoyos.
1º. Las entidades prestadoras de apoyos han de articularlos, y así lo hacen desde el compromiso
con la buena práctica, de forma que su provisión nunca se realice de forma genérica a un colectivo de personas.
2º. El apoyo ha de realizarse para cada persona en particular, con su nombre y apellidos, con sus necesidades y entorno. La determinación, personal o judicial, de que una persona reciba apoyos por parte de una Fundación, supone la existencia de una fase inicial de contacto, de conocimiento personal, estrecho y sin limitaciones. No se trata de rellenar un formulario o preparar un expediente, sino de conocer a la persona y, especialmente de que esta conozca también a la entidad y a las personas que van a constituir sus referentes en ese desempeño, así como los cauces de comunicación o la forma de resolver discrepancias.
3º. Esta información debe permitir que la persona que recibe los apoyos conozca que, salvo que ella misma hubiese establecido sus apoyos de forma voluntaria, será la autoridad judicial la última instancia en el control y seguimiento en el desempeño de los apoyos que se le presten y facilitando también que, incluso ella misma pueda dirigirse a la propia autoridad judicial en caso de que considere que el desempeño del apoyo no es adecuado o va en contra de sus intereses.
4º. Por tanto, la finalidad última en la prestación de los apoyos debe ser permitir el desarrollo pleno de la personalidad de quien los precisa, así como su desenvolvimiento jurídico en condiciones de igualdad. El ejercicio de las medidas de apoyo deberá, por ello, estar inspiradas en el respeto a la dignidad de la persona y en la tutela de sus derechos fundamentales (artículo 249 del Código Civil).
5º. Dar cumplimiento a lo señalado requiere, de forma imperativa, un contacto estrecho, habitual,
ente la Fundación y la persona necesitada de apoyos, realizado preferentemente siempre por medio de las mismas personas, minimizando, en la medida de lo posible, cambios o sustituciones que hagan perder la consideración de esa necesaria relación individualizada y personal . El apoyo prestado por la Fundación tampoco debe ser sustituido por la atención que pueda ofrecer el centro o entidad que le preste servicios directos, de forma que deben claramente diferenciarse ambos roles. El desempeño de la prestación de apoyos debe suponer tanto la colaboración como el oportuno control de calidad y adecuación de los servicios que la persona recibe y la realización de las gestiones pertinentes para reivindicar la calidad de estos.
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Margarita Mª Serrano Secilla Letrada colegiada nº 2.786 ICA Córdoba
Creadora de Mayores Abogacía: Despacho Especializado en Protección Jurídica del Mayor
Discapacidades
Mediación Familiar y Mediación En Atención y Largos Cuidados
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