POSMODERNIDAD Y AUTOPROTECCIÓN.

 I. Un consejo que data de tiempo lejano relata:

«Hijo, acoge a tu padre en su ancianidad y no le des pesares en su vida. Si llega a perder la razón, muéstrate con él indulgente y no le afrentes porque estés en la plenitud de tu fuerza, que la piedad con el padre, no será echada en el olvido».

En las sociedades tradicionales, las personas como individuos, sólo tienen sentido en función del grupo familiar o social en que se integran. La transformación social que hemos vivido en las últimas décadas nos ha llevado de la Modernidad a la Posmodernidad, marcada por un individualismo que lleva a concebir a la persona como un proyecto autónomo que no tiene por qué supeditarse a ningún colectivo, grupo social o familiar.

II. Ésto despliega dos efectos:

  • De un lado, permite a la persona alcanzar grandes cotas de autonomía y realización personal.
  • De otro lado, nos hace enormemente vulnerables, pues en caso de necesidad, en los momentos difíciles, da lugar a graves situaciones de soledad y angustia que producen desequilibrio interior y problemas psicológicos difícilmente superables.

 Se puede constatar fácilmente si miramos a nuestro alrededor. A pesar de ello, el individualismo ha calado hondo y los primeros afectados por esta nueva actitud son los ancianos.

III. Actualmente, los padres nos enfrentamos a nuestro futuro de manera muy distinta a como se hizo anteriormente.

 Sabemos que, difícilmente nuestros hijos van a poder hacerse cargo de nosotros cuando seamos mayores y que con los tiempos que corren, quizás, ni la pensión que nos quede sea suficiente. Por supuesto, los que no tienen hijos no dejan de ser víctimas de esta posmodernidad, por lo que, la atención que queremos que se nos preste en el futuro, hemos de definirla y prepararla nosotros mismos desde ahora.

Lejos de querer ser pesimista ni caer en preocupación excesiva, mi intención queda en plasmar la realidad como se nos muestra a todos como ciudadanos.

IV. Pero frente a ello, el DERECHO, que EXISTE PARA ESTAR AL SERVICIO DE LA VIDA Y DE LAS PERSONAS, crea un sistema de autoprotección.

Está compuesto por una serie de instrumentos legales para llevarla a cabo, y que todos podemos utilizar a conveniencia. Podemos citar entre ellos: poder preventivo, nombramiento de tutor, guarda de hecho, autoincapacitación, instrucciones previas, contrato de alimentos, planes de pensiones en todas sus formas…, entre otros.

 Personalmente, me gustan muchísimo la guarda de hecho y el  poder preventivo, porque dan posibilidades infinitas para cada necesidad.

Se trata de establecer, mientras se cuenta con capacidad suficiente para decidir por uno mismo, cómo queremos que sean las cosas para el tiempo en que ya no podamos tomar decisiones, porque entonces, las decisiones que nos afecten las tomarán otros.


Próxima Publicación: Contrato de alimentos.

 

 

Margarita Serrano
Margarita Serrano
Soy abogado especializado en protección jurídica y ayuda a la persona mayor, dirijo el despacho Mayores Abogacía y les doy la bienvenida a este espacio en el que hablaremos de casos como el suyo y de muy diversos temas relacionados con sus intereses más directos.

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