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Internamientos: voluntario e involuntario.
I. No podemos conocer las claves de la existencia humana, pero sí estudiar para avanzar en su entendimiento y así, admirarla y mejorarla.
Concretamente la gerontología ( del griego, geron: hombre viejo; y logos: estudio, tratado), es la ciencia que estudia cómo envejece el ser humano y por qué.
Abarca dicha situación desde todos los puntos de vista posibles y cuenta con un amplio campo de estudio: psicológico, social, económico, jurídico e incluso tiene en cuenta el factor cultural; trata las necesidades mentales, físicas y sociales de las personas cuando llegan a la vejez, y cómo éstas, son abordadas por las instituciones.
La esperanza de vida cada vez es mayor, esto supone unos cambios físicos, políticos y culturales que afectan a todo el conjunto de la población. Con esta inminente realidad y con una pirámide poblacional que es más amplia en la parte de los tramos de edad considerados como vejez, la gerontología se erige como pilar fundamental para garantizar la calidad de vida de todas aquellas personas que llegan a la vejez, ya que gracias al estudio de ésta, se pueden proponer unas mejores soluciones que contemplen este nuevo estilo de vida.
Dentro de la gerontología, se encuentra la geriatría, pero es importante distinguirlas, porque aunque la comprende, en la actualidad se considera que la geriatría es una rama de la medicina que estudia, previene, diagnostica y trata las enfermedades de las personas adultas mayores. El concepto ha ido evolucionando hasta considerar un enfoque más integral, que no solo se centra en la enfermedad, sino en la salud total del adulto mayor.
II. ¿Cómo podemos afrontar el paso de los años?
Necesitamos un cambio de mentalidad para afrontar el paso de los años de forma saludable. Todos los estudios demuestran que la actividad permite vivir más tiempo, con mayor calidad de vida y que las situaciones de dependencia aparecen más tarde y son menos graves. Hoy sabemos que el grado de salud puede depender en gran medida de nosotros, de nuestros hábitos. Nuestro futuro en salud, en la mayoría de las veces, se escribe con el estilo de vida que nos propongamos y cómo lo realicemos.
III. ¿Qué debemos hacer para llevar una vida activa?
La vida activa supone básicamente:
–Realizar ejercicio físico diario.
–Ejercitar una actividad intelectual constante (lectura, escritura, ejercicio de memoria…).
–Mantener las amistades, las relaciones personales y afectivas.
–Dedicar tiempo a las aficiones.
–Participar de actividades lúdicas y culturales.
–Involucrarse en la vida social (asociaciones, actividad comunitaria, clubes…).
–Contribuir al bienestar de los demás.
IV. Ayudará mucho a envejecer mejor y más feliz, el hecho de rechazar la idea que se trata de imponer a nivel social en algunos ámbitos, de entender la vida como limitada al tiempo y al espacio, sin más.
Trascender, abriéndose a un concepto de la vida más absoluto y superior a lo que podemos abarcar humanamente, pone el horizonte de nuestra existencia, todavía mucho más lejano que el que marca la esperanza de vida actual, y completaría todo lo anteriormente dicho sobre la tan importante política de envejecimiento activo, que se está llevando a cabo en la actualidad en todos los sectores de nuestra sociedad.
V. Se puede gozar de cada etapa de la vida, incluso cuando nos hacemos mayores.
Los mayores se están convirtiendo en un sector de población muy importante. La quinta parte de la población tiene ya más de 65 años. Nunca se había conocido generaciones de personas de edad con tanta experiencia y con tanta salud. Nuestros mayores son necesarios, útiles, y sus valores suponen una riqueza que no se puede perder. En realidad, vivimos muy poco tiempo, nuestra vida es tan solo un momento en la historia de la humanidad; y sólo encadenando la existencia propia con la de quienes nos anteceden logramos cierta sabiduría.